Hoy os traigo otro importantísimo hallazgo: un joven pescador de la Franja de Gaza ha encontrado una estatua de Apolo mientras ejercía su profesión. Intentó ponerla a la venta en el portal de subastas e-Bay, hasta que alguien dio la voz de alarma y fue decomisada.
Por el momento sólo sabemos que la estatua está hecha en bronce a escala real, pesa unos quinientos kilos y los arqueólogos consideran que tiene al menos dos mil años, datándola entre el siglo V y el I a.C. Conserva uno de los dos iris, tallado en piedra azul incrustada. Le faltan dos dedos de una de las manos, que fueron cortados -uno por el pescador y otro por uno de sus hermanos- para llevarlos a un joyero y comprobar si la estatua era o no de oro, desgraciadamente ambos fragmentos fueron fundidos.
El buen estado de conservación de la pieza hace pensar a los arqueólogos que la pieza no fue hallada en el mar, como afirma el pescador, sino en un yacimiento terrestre cuya ubicación no habría sido revelado para evitar enfrentamientos sobre la propiedad del terreno, pero parece que aún tendremos que esperar para saber más datos.
La importancia de la noticia, al margen de la belleza de la pieza, es que se trata de una obra de bronce, algo poco habitual en el arte griego, no porque no trabajasen ese material, si no porque los originales se han perdido y conservamos copias romanas en mármol, además de la posibilidad de encontrar un yacimiento hasta ahora desconocido.
La estatua permanecerá en manos de la policía hasta que las investigaciones sobre el intento de venta de la estatua finalicen, esperemos que sea pronto para que los arqueólogos puedan hacer su trabajo y la obra sea finalmente expuesta al público. Esperemos también que puedan averiguar el verdadero origen de la pieza, pues una pieza de este valor sin duda no estaría aislada, y quién sabe qué más hallazgos nos esperan.
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