"—Basilio, mi querido amigo, pone todo su encanto en sus obras. La consecuencia es que no se reserva para su vida más que sus prejuicios, sus principios y su sentido común. Los únicos artistas personalmente deliciosos que he conocido, eran malos como artistas. Los buenos artistas existen simplemente en sus obras, de modo que, como personas, no tienen el menor interés."
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